Las Generaciones Futuras tienen derecho a ser protegidas

Las generaciones futuras son aquellas que aún no existen pero que existirán y heredarán la Tierra.
La protección y defensa de las generaciones futuras es un deber moral de la humanidad del presente para con los seres humanos que vivirán en el planeta Tierra en el futuro. El desarrollo humano debe disociarse de la destrucción de la naturaleza, por ello, los derechos de las generaciones futuras deben interpretarse y aplicarse a la luz de la dependencia de la humanidad respecto de los sistemas y recursos naturales de la Tierra.
El derecho internacional en sus diversas formas reconoce explícita o implícitamente obligaciones y responsabilidades para con las generaciones futuras y tratan de garantizar la equidad intergeneracional.
Los principios generales del derecho, reflejados en muchas leyes, normas, costumbres y valores de Estados y pueblos de todas las regiones del mundo y sistemas de creencias, reconocen obligaciones y responsabilidades para con las generaciones venideras. Las generaciones futuras deberían ser capaces de disfrutar de todos los derechos humanos individuales y colectivos, incluidos, entre otros, los derechos civiles y políticos, los derechos económicos, sociales y culturales, el derecho a un ambiente limpio, sano y sostenible, el derecho al desarrollo, y el derecho a la paz. La sociedad actual tiene el deber de proteger y conservar el natural y cultural de la Tierra para los seres humanos que habitarán el planeta cuando nosotros ya no estemos.
Los Estados deben crear las condiciones propicias para que las generaciones futuras estén representadas y protegidas y, asimismo, tienen la responsabilidad de crear organismos e instituciones para garantizar la protección y defensa de las generaciones venideras. Algunos países se han adelantado a su tiempo y han apostatado por la creación en sus territorios de organismos específicos de protección de las generaciones futuras, como es el Defensor/a de las Generaciones Futuras.
Los Estados deben garantizar que los derechos humanos de las generaciones futuras se incorporan de manera efectiva a su legislación nacional, o que se reconocen de otro modo en su ordenamiento jurídico nacional. Y desde la sociedad civil se deben impulsar iniciativas para poner voz a los que todavía no han nacido, para que sean tenidos en cuenta como legítimos herederos de nuestro planeta.
Debemos, en suma, como sociedad del presente contribuir a que el concepto de justicia intergeneracional impregne las decisiones y el pensamiento colectivo. como estrategia de fomento del bienestar ecológico, económico, cultural y social de las generaciones futuras.
